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lunes, 30 de diciembre de 2013

Consultorio teocrático: "¿Puedo comprarle a mi hijo un juego de trucos de magia?"

El B.O.E.: La Atalaya, 1 de mayo de 1965, páginas 287 y 288

     Estimados camaradas y compañeros de conventículo:

     Ante la proximidad de la festividad de los Reyes Magos, nos ha llegado a la redacción apóstata una pregunta formulada por nuestra hermana Pilar, desde la ciudad de Zaragoza.  Ella  --como muchos de nosotros--  le damos el esquinazo al Cuerpo Gobernante y un día antes, les hacemos a nuestros hijos los regalos que les corresponderían por esa fecha mágica: "Hecha la ley, hecha la trampa".  Esta cristiana maña, nos explica:
"Me fascina ver por TV al mago Dynamo, ¡me encantan sus trucos!  Por supuesto, de esto no les digo ni mu a las hermanas de mi congregación, ¡se van de la lengua con suma facilidad!  Ellas se lo chivan a sus maridos ancianos, ¡y luego ellos me empapelan! ¡Ja, ja, se las doy con queso...!
Ante la proximidad de la festividad de los Reyes Magos, yo siempre le regalo algo a mi hijo, ¡para que no se me quede atontado y frustrado viendo a todos los niños con sus juguetes y él con cara de póquer!  Lo hago un día antes.  Es mi manera de hacerles un corte de mangas a los miembros del Cuerpo Gobernante: ¡donde las dan las toman!
Al niño le gustan mucho los trucos de magia y he pensado en comprarle un juego.  Mi pregunta es la siguiente: ¿Puede mi hijo jugar con este tipo de juegos y heredar la vida eterna prometida por el Cuerpo Gobernante?".
     Querida hermana Pilar:

     Los apóstatas somos malos malísimos, pero tenemos una ventaja sobre los paniaguados del Cuerpo Gobernante: ¡no queremos donativos!  Queremos que el fruto de tu trabajo, lo emplees en tu familia y sus necesidades.  Por los pedigüeños sin fronteras, no te preocupes, ¡viven a cuerpo de rey aunque de boquilla escupen sobre el sucio dinero!

     En cuanto a confiar en lo que nos promete el Cuerpo Gobernante, las historia documentada nos indica que no es prudente: se equivocan más que hablan.  Normalmente, éstos teólogos de pacotilla, mueren como el resto de los mortales..., ¡por lo que quizá sea mejor dejar el más allá en las manos de Dios y no en las de estos vividores y profetas de mercadillo!

     Por lo que respecta al binomio: teología-juegos de trucos de magia, los pseudoteólogos no nos han dejado a oscuras.  Han emitido luz a espuertas.  Ellos, si no reciben la luz Shekhináh sobre un asunto..., ¡se lo inventan y punto!  Aquí no hay más cera que la arde.  La luz, ha venido en forma de un artículo publicado en el buque insignia de las publicaciones de nuestra entrañable entidad religiosa: La Atalaya, 1 de mayo de 1965, páginas 287 y 288.  Puede que algún agente Watch argumente que queda muy distante en el tiempo tan insigne año, sin embargo, es lo último que publicaron sobre este asunto trascendental en la vida del cristiano: los juegos de trucos de magia.  ¡Va por ustedes!

¿Es correcto que un cristiano tenga una afición de trucos mágicos simplemente para su diversión?

     Puede ser que una persona tenga una afición de ejecutar trucos que no tengan nada que ver con magia verdadera o demonismo.  Puede ser que una persona simplemente emplee trucos de prestidigitación o los que envuelven ilusiones.  De modo que si una persona simplemente estuviera mostrando cuán diestra puede ser con las manos, sin pretender magia alguna, quizás no haya objeción alguna a tal entretenimiento.  Sin embargo, el que un cristiano se envuelva en cosas de esta naturaleza o no, es algo que debe considerarse cuidadosamente.  Una persona pudiera comenzar a ejecutar trucos sencillos, pero esto podría conducir a prácticas que, a sabiendas o sin saberlo, imitaran las artes mágicas.  Uno pudiera duplicar mediante trucos verdaderas hazañas mágicas que ejecutan los demonios, tales como la levitación, el mover objetos misteriosamente, materializaciones ectoplásmicas, etc.  Eso podría conducir a envolverse con inicuas fuerzas espíritus, porque esto es jugar a lo que los demonios hacen.  [...]

     El jugar con las prácticas mágicas, aunque la persona tal vez esté fingiéndolas, es sumamente peligroso, y está invitando a los demonios a aparecerse realmente, como lo hicieron en el caso de un hombre que representaba sesiones fingidas, solo para descubrir que a veces ejecutaba realmente fenómenos mediúmnicos.-- Clock Without Hands.

     A veces los que ejecutan trucos tratan de hacer que otros crean que ellos están haciendo algo sobrenatural, mágico.  Así, de hecho, pueden exponerse a verdadera dificultad con los demonios.  Ciertamente ningún cristiano querría pretender el tener facultades sobrenaturales ni dejar alguna impresión de que es practicante de magia babilónica, lo cual condena Dios.  (Deuteronomio 18:10 y 14)  El cristiano también debe tener presente que las personas que lo conocen y que saben que es ministro de Dios pudieran considerar desfavorablemente los trucos semejantes a magia; esto pudiera causar tropiezo a otras personas.  Por eso, el cristiano bien puede ver que el seguir tras una afición de los llamados trucos "mágicos" no es provechoso.-- Filipenses 1:10; 1 Corintios 6:12. La Atalaya, 1 de mayo de 1965, páginas 287 y 288.

     Estas son las razones de peso expuestas por los pedigüeños sin fronteras: un sí pero no..., ¡pero más bien un no mayúsculo!  Ellos consideran los trucos de magia como el primer paso para adentrarse en las cosas profundas de Satanás.  El preámbulo del demonismo puro y duro.  En los juegos de magia estamos invitando a los mismísimos demonios a que entren en nuestro domicilio.  Además, como existe la posibilidad de hacer tropezar a otros..., ¡pues va a ser que no!  La síntesis del asunto, se expresa en la última oración: Por eso, el cristiano bien puede ver que el seguir tras una afición de los llamados trucos "mágicos" no es provechoso.  Lo de "provechoso" es discutible.  Por ejemplo, ¿es provechoso para ti el donar dinero para que ellos se lo gasten en calentar el agua del jacuzzi o la piscina climatizada que éstos teólogos disfrutan?

     Por estas razones, si quieres gozar de una "buena" reputación dentro de nuestra comunidad religiosa, ¡huye de los juegos de magia como ellos huyen de la transparencia financiera!  Compra a tu hijo Perico un juego del Monopoly, para que el chaval se entrene en los negocios del Cuerpo Gobernante: la compra-venta de lugares de culto.

     ¡Ah!  Se me olvidaba, a un servidor también le gusta ver los programas de Dynamo..., ¡para algo soy un apóstata de tomo y lomo!  En serio, si a tu hijo le hace ilusión un juego de trucos de magia, pasa de las patrañas del Governing Body Bank y hazte dueña de tu vida,  regalándoselo la próxima festividad de los Reyes Magos.

     Ya sabes: lo documentamos todo, todo y todo.  ¿Quién es el padre de la mentira, las verdades caducas y las profecías fallutas?